El Tercio Titular de nuestra Agrupación es el que procesiona en las noches de Martes y Miércoles Santo a la imagen de San Juan esculpida por Benlliure.
Vistiendo de color blanco “roto”, varía su vestuario en esas noches. El Martes Santo luce traje de terciopelo bordado en oro fino, capuz y capa también de terciopelo con el emblema de un libro abierto con el principio del Evangelio. La noche de Miércoles Santo cambia la túnica y la capa de terciopelo por unas de delicado raso y el fajín de la noche anterior, de terciopelo bordado en oro con el escudo del Águila de Patmos, es sustituido por un cíngulo también de raso bordado en oro con el emblema del águila, símbolo de la Agrupación. Completan el vestuario manguitos y sandalias de color dorado y guantes de cabritilla blancos.
No es sólo el vestuario de los penitentes lo que cambia en esas dos noches, también el estandarte que precede al tercio es distinto. El del Martes es de raso bordado en oro con el águila como motivo central y el de Miércoles es un sudario “calado”, es decir, bordado en oro “al aire” sobre terciopelo blanco, estando sostenido sobre un precioso varal de plata repujada, siendo el motivo central de éste sudario un libro abierto por la primera página del Evangelio de San Juan.
El Tercio de San Juan está formado íntegramente por hombres, y es uno de los de mayor solera dentro de la Samana Santa Cartagenera, siendo el máximo exponente de la marcialidad y el orden en el desfile. Sus integrantes han estado con anterioridad desfilando en los Tercios Infantiles primero y en el de La Vuelta del Calvario después, lo que significa muchos años de experiencia antes de que un hermano de la Agrupación pueda entrar al Tercio Titular, esto hace que el resultado en el desfile sea sencillamente espectacular. Líneas rectas, curvas medidas al milímetro, distancias, equidistancia con el compañero son conceptos que están “grabados a fuego” en la memoria procesionista de los 43 hermanos que forman el tercio.
El “paso” de todos los tercios que componen la Agrupación de San Juan es lento, unos 46 pasos por minuto de ritmo de tambor, lo que convierte su andar en majestuoso y elegante, si bien, más complicado de ejecutar. Pero si hay algo realmente destacable en el desfile de éste tercio (aparte de lo apuntado) y que lo hace único en toda Cartagena es que es capaz de desfilar sin tambores, arrancando y parando en numerosas ocasiones y en distintos puntos del recorrido de la procesión, y es entonces cuando se percibe que el Tercio de San Juan Californio es especial, es entonces cuando esas 43 almas, unidas por un lazo invisible e indescriptible caminan al unísono, al mismo “paso” que lo hicieron sus padres, y los padres de sus padres, y su Titular, tras ellos, les muestra con el índice de su mano derecha el camino hacia la eternidad.